martes, 2 de agosto de 2016

Cáncer de Próstata de acuerdo al estilo de vida de las personas

Elaborado por: Manuel Alejandro Parrado.

www.lavidalucida.com

El cáncer de próstata es actualmente el más común en la población masculina a nivel mundial, y es el segundo en tasa de mortalidad, solamente sobrepasado por el cáncer de pulmón. Su alta incidencia está relacionada con varios  factores, entre los cuales están: El hereditario, ya que queda demostrado que ciertas etnias tienen mayor probabilidad de desarrollarlo, la edad avanzada, alimentación y condición física.
Este tipo de cáncer independientemente de su alta cantidad de defunciones, no se considera letal si se trata a tiempo, pero sucede que todavía no existe una concientización sobre los chequeos de rutina, ya que la mayor parte de la población espera a tener un padecimiento para acudir a un profesional de la salud.
Este trabajo tiene por objetivo informar al leyente, dando a conocer factores condicionantes, sintomatología y tratamiento de este padecimiento, con el propósito de fomentar la prevención en la salud.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=OIai84XfzCw

La próstata es una glándula que se encuentra debajo de la vejiga de los hombres y produce el líquido seminal. El cáncer de próstata es común en hombres de edad avanzada. Este tipo de cáncer se considera  extraño en hombres menores de 40 años. Los factores de riesgo de desarrollarlo incluyen: tener más de 65 años, historia familiar y ser afroamericano.

En el proceso para diagnosticar el cáncer de próstata, el profesional  podría hacer un proceso semi-invasivo llamado tacto rectal, lo cual no es más que la introducción de uno o dos dedos dentro del recto del paciente,  para buscar algún bulto o cualquier cosa fuera de lo normal. También se podría realizar un análisis de sangre de antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés). Estos análisis también se realizan en los exámenes de detección de cáncer de próstata, los cuales intentan detectar el cáncer antes de la presencia de síntomas  (Cáncer, 2016).

Si los resultados son anormales, se recurre posteriormente a exámenes como: Ecografía: procedimiento en el cual se inserta en el recto una sonda que tiene aproximadamente el tamaño de un dedo para examinar la próstata.  Resonancia magnética: procedimiento que utiliza un imán, ondas de radio y una computadora para crear una serie de imágenes detalladas de áreas internas del cuerpo.  Biopsia: extracción de células o tejidos realizada por un patólogo para observarlos al microscopio. El patólogo observa la muestra de tejido para ver si hay células cancerosas y determinar el puntaje de Gleason. El puntaje de Gleason varía entre 2 y 10, y determina la probabilidad de que el tumor se disemine. Cuanto más bajo es el puntaje, menor la probabilidad de diseminación del tumor.
Nota: La mayoría de los hombres con este tipo de cáncer, con el seguimiento adecuado no mueren de este padecimiento. Estos y otros signos y síntomas pueden ser producto del cáncer de próstata o de otras afecciones
 ·       Ganas repentinas de orinar.
·         Flujo de orina débil o interrumpido ("para y sale").
·       Aumento de la frecuencia de ir a orinar (en especial, por la noche).
·       Dificultad para iniciar el flujo de orina.
·       Dificultad para vaciar la vejiga por completo.
·       Dolor o ardor al orinar.
·       Presencia de sangre en la orina o el semen.
·       Dolor en la espalda, las caderas o la pelvis que no desaparece.
·       Falta de aire, sensación de mucho cansancio, latidos rápidos del corazón, mareo o piel pálida a causa de anemia  (cancer, 2016).

Factores catalizadores en el estilo de vida:

Alimentación: Estadísticamente está comprobado  algunos componentes de las dietas mediterráneas y asiáticas protegen contra el desarrollo del cáncer de próstata, y que la carencia de estos compuestos en la dieta occidental, constituyen un importante factor para el desarrollo de esta enfermedad. Existen importantes diferencias geográficas en la incidencia de cáncer de próstata a lo largo del mundo. Estas diferencias sugieren que algunos factores dietéticos pueden influir en el desarrollo del cáncer, bien jugando un papel activador o bien como inhibidor de la carcinogénesis. La incidencia del cáncer de próstata en la población negra en USA es 30 superior a la que se da en Osaka (Japón) y 120 veces superior a la Shangai (China).Un interesante estudio observó un aumento entre 3 y 7 veces en la incidencia de cáncer de próstata clínico en la primera generación de Chinos y Japoneses nacidos en USA. Dentro de Estados Unidos se ha visto una relación directa entre la ingesta de grasa por persona con la mortalidad por cáncer de próstata, siendo la mortalidad por cáncer de próstata más alta en los Estados Unidos donde se da el mayor consumo de grasa.  (Cagigal, 2003) .

Condición física: Cumplir con un régimen de ejercicio moderado o intenso podría mejorar las probabilidades de un hombre de sobrevivir al cáncer de próstata, sugiere un nuevo estudio. El estudio de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) incluyó a más de 10,000 hombres de 50 a 93 años de edad, que fueron diagnosticados con un cáncer de próstata localizado (que no se propagó más allá del órgano) entre 1992 y 2011. Los hombres proveyeron a los investigadores información sobre su actividad física antes y después de su diagnóstico.
Los hombres con los niveles más altos de ejercicio antes del diagnóstico eran un 30 por ciento menos propensos a morir del cáncer de próstata que los que menos ejercicio hacían, informó un equipo dirigido por Ying Wang, epidemióloga principal del programa de investigación en epidemiología de la sociedad oncológica. (Preidt, 2016)
Alimentos que favorecen y desfavorecen  células cancerígenas:
1.    Grasas Según estudios epidemiológicos una alimentación rica en grasas (sobre todo las grasas saturadas) se relaciona con un aumento de padecer cáncer de mama, ovarios, útero, colon, pulmón y próstata. En los últimos 40 años en todos los países de Europa se han observado un gran incremento en el consumo de grasas, debido al incremento de aceites vegetales.
2.    Hidratos de carbono y fibra. Según estudios recientes no todos los hidratos de carbono actúan como protector en el cáncer colorrectal. La ingesta de cereales refinados incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de colon, por lo que se recomienda consumir cereales enteros evitando los refinados y aumentar el consumo de hortalizas y frutas, gracias a su efecto en el metabolismo y en el peristaltismo intestinal. En el cáncer de mama, los alimentos ricos en hidratos de carbono, actúan como protectores debido a su función fitoestrogénica.
3.     Proteínas. Numerosos estudios epidemiológicos no han mostrado asociación entre una dieta rica en proteínas y el riesgo de cáncer, pero se ha relacionado un alto consumo de carnes rojas (ovino, bovino y porcino) y carnes procesadas (por ejemplo salchichas) con el desarrollo de cáncer, sobre todo de colon , recto y próstata .Un estudio reciente concluyó que el consumo diario de 100 gramos de carne aumenta el riesgo de padecer cáncer colorrectal, y de próstata entre un 12% y un 17% ; mientras que el consumo diario de 25 gramos de carnes procesadas aumenta el riesgo en un 49% . Esta hipótesis se relaciona con la existencia de sustancias mutagénicas (aminas heterocíclicas, hidrocarbonos aromáticos policíclicos) que surgen durante la cocción de estos alimentos a altas temperaturas actuando como agente cancerígeno.
4.    Vitaminas:
A: El consumo de vitamina A y de carotenos se asocia con un menor riesgo de padecer cáncer a nivel general. Debido a que los carotenos protegen de la oxidación y a que la vitamina A controla la diferenciación celular, funciones relacionadas con este beneficioso efecto. También se ha observado una disminución en el cáncer de próstata asociado con una alta ingesta de licopenos.
El licopeno es un  pigmento con múltiples actividades biológicas, se encuentra en abundancia en el tomate, los productos a base de tomate, pomelo rosado y sandía. Un gran número de estudios han investigado el licopeno, en relación con el riesgo de cáncer de próstata. Se ha llegado a la conclusión, de que consumo elevado de productos de tomates  estaba asociado con una reducción del 10% al 20% en el riesgo de cáncer de próstata, y de alta suero o las concentraciones plasmáticas de licopeno se asociaron con un 25% de reducción del riesgo. (Inst, 2014)
 C: La vitamina C previene el cáncer de estómago y pulmón debido a que es un eficaz antioxidante. No está claro si su efecto es directo o debido al consumo con otros componentes al paralelo. Se recomienda ingerir diariamente 75-100mg/día. La encontramos en alimentos tales como: escaramujo, perejil, pimiento rojo, kiwi, fresa, naranjas, espinacas, tomates, etc.
E: Estudios han mostraron un aumento en el riesgo de presentar cáncer de próstata en varones con alta ingesta de vitamina E (Fernández, 2012). También se ha asociado la suplementación de esta vitamina con una menor incidencia de adenomas recurrentes en pacientes con una previa neoplasia de colón. Junto al selenio se ha relacionado con la prevención del cáncer de mama. La encontramos en alimentos tales como: Aceite de trigo, aceites de girasol, lino, aceite de sésamo, avellanas, almendras, ciruelas pasas, aguacate, etc.
Ácido Fólico: Incrementar la ingesta de ácido fólico (bien por alimentos o suplementos) puede reducir el riesgo de neoplasias tales como el cáncer de mama, colon, útero, hígado, entre otros, por su acción en los procesos de división celular y en la síntesis del ADN, evitando mutaciones. La ingesta recomendada de ácido fólico sería de 200-300μg/día, que a partir de la dieta es complicado porque pocas personas toman la cantidad de verduras y cereales aconsejables. Esto hace que en determinados casos sea recomendable la suplementación. Lo encontramos en alimentos tales como: Lechuga, levadura de cerveza, zanahorias, escarola, tomate, perejil, espinacas, brócolis, etc.
5.    Frutas y vegetales: Siempre se ha relacionado una dieta rica en frutas y verduras con una reducción de diferentes tipos de cáncer. El consumo de fruta y verduras aporta componentes anticarcinogénicos ya mencionados anteriormente tales como: ácido fólico y antioxidantes (carotenoides, vitamina C y E). Estos agentes actúan de forma conjunta induciendo la detoxificación enzimática, diluyendo y uniendo agentes cancerígenos en el tracto gastrointestinal, alterando el metabolismo hormonal siendo sustratos para la formación de agentes antineoplásicos y actuando como agentes antioxidantes. Por otro lado, estos alimentos al fermentarse aportan fibra reduciendo el tiempo en el tránsito intestinal, disminuyen el pH intraluminal y producen ácido grasos de cadena corta que ejercen como potenciales anticarcinogénicos. (José Jesús Gázquez Linares)

Bibliografía

Cagigal, D. I. (06 de junio de 2003). Scielo. Recuperado el 27 de junio de 2016, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0210-48062003000600001&script=sci_arttext&tlng=e
cancer, I. n. (27 de mayo de 2016). Instituto nacional de cancer. Recuperado el 16 de junio de 2016, de http://www.cancer.gov/espanol/tipos/prostata/paciente/tratamiento-prostata-pdq
Cáncer, N. I. (03 de marzo de 2016). Medlineplus. Recuperado el 27 de junio de 2016, de https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/prostatecancer.html
CDC. (01 de julio de 2015). Centros para el control y la prevencion de enfermedades. Recuperado el 21 de junio de 2016, de http://www.cdc.gov/spanish/especialescdc/sintomastuberculosis/
Hernandez, J. (03 de junio de 2016). Salud eleva a siete los afectados por tuberculosis en la UPV. Salud eleva a siete los afectados por tuberculosis en la UPV.
Inst, J. N. (23 de enero de 2014). Oxford Journals. Recuperado el 04 de julio de 2016, de http://www.natruzeutia.com/wp-content/uploads/2015/05/2-J-Natl-Cancer-Instlicpenoangiogenesis-y-cancer-de-prostata.pdf
José Jesús Gázquez Linares, M. d.-F. (s.f.). Salud y cuidados en el envejecimiento III. Recuperado el 04 de julio de 2016, de http://formacionasunivep.com/documents/publicaciones/salud-y-cuidadores-en-el-envejecimiento-volumenIII.pdf#page=26
Preidt, R. (18 de abril de 2016). Healthday. Recuperado el 27 de junio de 2016, de https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_158380.html


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