Elaborado por Joribel Sánchez
No hay evidencia científica
sólida para apoyar el uso de bebidas energéticas como agentes terapéuticos en
condiciones promovidas, como la mejora del rendimiento físico, cognitivo o
emocional. Por otro lado, hay varios informes de casos en los que el consumo de
bebidas energéticas está asociado a efectos negativos, que afectan de una
manera a gran parte de los sistemas de nuestro organismo. Además de las
reacciones adversas reportadas en lo largo de los años, está claro que el
consumo de estos agentes se asocia a menudo con situaciones de riesgo
psicosocial o y emocionales, tales como el consumo de sustancias adictivas y
alcohol, a menudo se utiliza para tratar de reducir la evaluación subjetiva del
estado de la intoxicación por alcohol, aunque No existe una reducción real en
el grado de participación del consumo de alcohol en el comportamiento del
sujeto intoxicado, que es creencia popular, llevándolos a cometer al menos
acciones indebidas e imprudentes en el mejor de los casos.
Palabras clave: Energizantes,
bebidas
energéticas, cafeína, taurina, glucosa,
guaraná, frecuencia cardíaca, riesgo.
INTRODUCCION:
Las bebidas energéticas inundaron
el mercado hace algunos años, llevando su propaganda hasta los jóvenes,
principalmente estudiantes, jugadores y atletas, con la promesa de aumentar su
resistencia física, lo que da reacciones más rápidas, mayor concentración,
mayor alerta mental y ausentar el sueño. Los principales ingredientes en la
mayoría de estas bebidas son: cafeína, glucosa, taurina y glucuronolactona.
Distintos estudios confirman que el consumo de estas bebidas da lugar a
resistencia física, mantenimiento de la vigilancia y estado de ánimo. Otros
descubrieron mejoras en la precisión de las tareas de procesamiento visual,
reducción de la fatiga mental, disminución del rendimiento cognitivo y fatiga
subjetiva durante largos períodos de demanda cognitiva. Sin embargo, estas bebidas
han sido objeto de investigación debido a los posibles efectos nocivos para la
salud asociados con su consumo excesivo y el escaso conocimiento del
metabolismo de algunos de sus componentes.
Las bebidas energéticas son productos del mercado libre,
promovidos como una forma de aliviar la fatiga, mantener el estado de alerta,
mejorar el rendimiento físico y estimular las capacidades cognitivas en
situaciones de estrés. Los jóvenes y los adultos jóvenes son sus mayores
consumidores que intentan mejorar su desempeño intelectual, socialmente
vinculados y / o contrarrestar los efectos del alcohol, la motivación de la
publicidad y la creencia popular. Dado que toda la población tiene libre acceso
a estas bebidas, su publicidad es abierta y masiva y la única limitación por
ley es la venta a menores. El consumo ha aumentado en los últimos años, aunque
su seguridad no ha sido completamente estudiada. Este es un problema relevante
porque los diferentes componentes de estas bebidas pueden representar un
peligro para la salud de quienes las consumen, especialmente sin limitación
cuantitativa.
En 2011, la Autoridad
Europea de Seguridad Alimentaria realizó un estudio para recopilar datos sobre
el consumo de bebidas energéticas en 16 países europeos. Resultó que el 68% de
los adolescentes, el 30% de los adultos y hasta el 18% de los niños los habían
consumido con alguna variación entre los países evaluados.
Una noticia publicada en la
prensa nacional e internacional en octubre de 2012 sobre un evento que ocurrió
en los Estados Unidos ha servido como base para la preparación de este artículo.
En diciembre de 2011, Anais Fournier, una niña de 14 años, murió después de
beber latas de bebidas energéticas Monster en menos de 24 horas. La autopsia
reveló que la causa de la muerte fue debida a arritmia cardiaca toxicidad de
cafeína que complica la enfermedad cardiaca que afecta (síndrome de
Ehlers-Danlos) joven. Como resultado de esta muerte y la posterior demanda
presentada por la familia, dijo que el gobierno de Estados Unidos en octubre de
2012 que está investigando la muerte de cinco personas durante los últimos tres
años en relación con las bebidas vendidas por la compañía Monster Beverage
Corp. Los estudiantes deben actuar como "equipos de investigación"
para el caso y determinar si Monster causó la muerte de Anais Fournier. Para
ello tienen que averiguar la estructura y función de cada componente de las
denominadas bebidas energéticas, los efectos de la real o supuesta en el cuerpo
humano que pueden generar energía metabólica, el ATP producido por el
metabolismo de los hidratos de carbono, y cuáles son las bases moleculares de
Ehlers-Danlos síndrome. De esta forma, los estudiantes están interesados en
aprender aspectos esenciales del metabolismo energético, entendiendo la
importancia de la estructura y las proteínas de las relaciones funcionales
mediante el estudio del colágeno y el desarrollo de la capacidad analítica y la
evaluación crítica.
MATERIALES Y
MÉTODOS
La recopilación de datos se
realizó a través de consultas en las fuentes bibliográficos, como las bases de
datos de Medline y Pubmed, utilizando distintas
combinaciones de las siguientes palabras: Energizantes, bebidas
energéticas, cafeína, taurina, glucosa,
guaraná, frecuencia cardíaca, riesgo. Se revisaron artículos de investigación
publicados entre 2005 y 2017.
RESULTADOS O CONCLUSIÓN:
La publicidad engañosa de los beneficios de los productos de origen
natural es una problemática de salud pública, específicamente cuando la
información de estudios científicos es incorrecta para ofrecer seguridad falsa
sobre estos productos, de los cuales no existe un conocimiento detallado de los
efectos secundarios. Interacciones con otros sujetos. Esta confusión promueve
la pérdida de información de los fabricantes que amenaza la seguridad del
consumidor.
Cuando se realizó una búsqueda detallada sobre la composición de tres de
las bebidas energíazantes más popular, ampliamente utilizada en el mercado, no
se encontraron cantidades exactas del producto en el sitio web del fabricante o
en la información publicada en el empaque. Todos los ingredientes activos promovidos
como agentes de energía.
No hay evidencia científica sólida para apoyar el uso de bebidas
energéticas como agentes terapéuticos en condiciones de promoción, como la
mejora del estado físico, cognitivo o emocional. Por otro lado, hay varios
informes de casos en los que el consumo de bebidas energéticas está asociado a
efectos negativos, que afectan a un gran número de órganos y sistemas.
Bibliografía
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